Operación Palace #oppalace

Horas después de la noche de impresiones tan variadas que pasé gracias al programa de Jordi Évole, tengo que decir que mi sensación con respecto al “Operación Palace” es totalmente contradictoria. Y es que mientras veía el programa de Salvados de la noche de ayer, debo reconocer que me enfadaba por momentos al ver como se “bromeaba” con algo tan serio como fue lo sucedido el 23 de Febrero de 1981.

operacion-palaceEsta fecha siempre había sido una fecha recordada en mi casa, y yo recuerdo perfectamente como mis padres me explicaban la angustiosa noche que pasaron. Mi padre era un miembro activo de las CCOO de la Construcción y militante comunista y siempre contaba como estuvo durante todo el intento de golpe de Estado llevando fichas de afiliación de camaradas y otros documentos posiblemente comprometidos de un lado para otro, en previsión de que el golpe de estado triunfase. Por su parte, mis abuelos habían ido a casa a acompañar a mi madre, que estaba sola con mi hermano, de un mes de edad, y la ayudaban a meter en maletas todos los libros, cuadros y documentos de mi padre que pudieran ser conflictivos. Esperaban una llamada para bajar a la calle a quemarlos: por suerte esa llamada nunca llegó.

Pero las horas han ido pasando desde esa primera impresión al ver Salvados, y yo he ido reflexionando y compartiendo estas y otras ideas, así como observando las de los demás a través de las redes sociales. Y aunque sigo pensando que el falso documental es un tanto frívolo, creo que ha cumplido con creces su objetivo, que era hacer ver a las personas lo fácil que es manipular-distorsionar la realidad a través de los medios de comunicación. Sobre todo si ésta misma realidad no se conoce bien o no se tiene la voluntad de ahondar en ella.

Y es que la famosa frase del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels que dice que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, sigue como siempre muy vigente en nuestra actualidad. La manipulación puede darse gracias a la desinformación, pues si uno no conoce las cosas, es fácil de manipular.

Teniendo en cuenta lo anterior, creo que el momento de realizar el programa es idóneo, debido a los acontecimientos que se dan hoy a nivel mundial a través de las redes sociales. Diariamente, gente que de forma normal no hace opinión sobre política, habla sobre lo que sucede en Venezuela o en Ucrania. Y, también normalmente, dichas opiniones se forjan a través de los medios de comunicación que frecuenta más a menudo y que, entiendo, se presuponen como neutrales.

¿Cuántas veces hemos visto el vídeo de una chica Ucraniana, en la que invita a contar la verdad sobre lo que allí está sucediendo, y encima lo compartimos? Porque claro…¿Cómo una chica con esa carita puede mentir? Pues para hablar de Ucrania y sin tener los elementos suficientes para entrar a valorar, a mí me preocupa bastante que las personas que lideran la revuelta ciudadana sean grupos paramilitares entre los que destacan líderes de la ultraderecha del país. O simplemente que en el partido Nazi de Grecia, también lo celebren.

 

En cuanto a lo que la gente está opinando, sobre la supuesta dictadura en Venezuela y el control de los medios de comunicación nacionales (hay que tener en cuenta que todos los privados son pro-oposición). También hay miles de personas que comparten vídeos y fotos de lo sucedido en las revueltas entre gobierno y oposición, aunque luego aparece la manipulación de los mismos: fotos de otros países, postediciones digitales, etc. Para opinar con respecto de Venezuela y poder generar una opinión entorno a lo que hoy pasa allí,  está bien saber que Venezuela es uno de los países con mayores índices de alfabetización de América Latina y es un país en donde la Universidad es gratuita. No hace falta que diga que el estudiar garantiza unas mejores capacidades para tener acceso a la información, con lo que si Venezuela ofrece gratuitamente el acceso a la información, ¿creéis que con sus medios de comunicación pretenden desinformar? como mínimo es un tanto contradictorio.

En resumen, creo que Jordi Évole y la gente de Salvados acertaron con el programa de ayer pues, aún con algunos matices, creo que han hecho un envite a la población para que veamos la facilidad con la que se nos puede manipular si se tienen los mecanismos adecuados.

Carlos Del Barrio

http://elasombrosomundodelabasura.blogspot.com.es/

 

Miedo a la revolución

En una revolución se triunfa o se muere, si esta es verdadera decía el Che Guevara en su carta de despedida a Fidel el 3 de Octubre de 1965 en la Habana.

lluitesfrontdesquerresSomos muchas las personas del espectro de la izquierda que acostumbramos a usar citas, canciones o frases para callar alguna boca o simplemente para que alguien le de a “Me gusta” una red social. ¿Pero que estamos dispuestos a hacer por la revolución?¿Que sacrificios se plantea hacer la izquierda organizada para conseguir este todo que es cambiar el mundo? Están las organizaciones de la izquierda preparadas para morir, por la revolución? En mi opinión, no.

Cuando se trata de ir a hacer aquello que Lenin decía de “marchar separados para luego golpear juntos”, resulta que sobre el papel está claro. Pero es curioso como de repente aparece entre todo el espectro de la izquierda nuestras contradicciones más grandes. Es asombroso, como entre dos personas que podrían ponerse de acuerdo en un porcentaje altísimo de cosas, pueden ver sólo las que les separan.

En los últimos años aparecen espacios de contrapoder popular (15M, DRY, Procés Constituent etc…) incluso partidos que enseñan nuevas formas de democracia como pudiera ser la CUP. Ante estos procesos, los partidos de la izquierda llegamos con muy buenas intenciones, pero nunca de ver como sumando todas las sensibilidades podemos hacer esa revolución con la que nos llenamos la boca. Ahí es donde se empieza a buscar cual es la posible divergencia, para seguir intentando que las cosas cambien, pero lo justo para seguir controlando la parcelita.


Yo, que soy hijo de un Castellano y una Andaluza, no soy sospechoso de ser independentista o nacionalista pequeño burgués entre otras cosas porque las banderas y las señas de identidad me la traen floja. Soy clase obrera, hijo de trabajadores y nieto de campesinos. Y eso es lo que me une con toda esa gente que tiene mi misma condición. El caso es saber que tenemos en común, cuál es el yugo que nos oprime y quienes son los que nos roban.


Aquí es donde no creo que los partidos de la izquierda estemos gestionando bien esta situación. Por el miedo de confluir. Miedo de perder nuestros pequeños privilegios, que con mucho esfuerzo hemos ido consiguiendo. Estamos intentando ser el tuerto en el país de los ciegos, en lugar de sacarle los ojos a quienes nos hacen ser ciegos.


Es curioso, como veo gente que se llena la boca citando a Lenin o a Fidel Castro, pero cuando alguien les disputa su espacio, se van a buscar las divergencias para controlar su corral. De repente aparecen una monja y un cristiano rodeados de muchas personas militantes de la izquierda social y nos rasgamos las vestiduras por sus tendencias nacionalistas pequeño burguesas o simplemente por el hecho de ser cristianos, en lugar de escuchar los mensajes que están enviando. A mi también me da un poco de grima que tengan que ser personas cercanas a la iglesia quienes estén planteando cosas que me gustaría que plantease mi partido. Pero no pienso quedarme en la puerta. Quiero pasar y ver lo que hay dentro, y no buscar si sus siglas o sus banderas me incomodan, porque entiendo que también haya gente que no se sienta identificado con las mías.


Yo tengo claro que quiero vivir en un mundo mejor, con menos desigualdades. Y para ello ahora mismo, solo me queda ir a buscar a las personas que al igual que yo, quieren una sociedad mas justa. Luego ya nos pelearemos por el nombre, las banderas o los matices. El caso es estar dispuesto a perder identidad propia, para ganar identidad colectiva. Pero eso, nos da miedo. Puesto que puedo perder mi pequeña parcelita.


Carlos del Barrio
@CdelBarrio

Artigle original:El asombroso mundo de la basura

Revolució Digital

Això que llegeixes és el Revolució. El Revolució és l’òrgan d’expressió dels Col·lectius de Joves Comunistes CJC, i ara, es retroba a la xarxa. Som i serem aquí per tal que ens pugueu llegir de la manera més propera i assequible que coneixem, en format digital.

El Revolució reneix amb l’esperit de transmetre a la joventut allò que la joventut espera, una petita revolució en cada frase, una plataforma per a pensar críticament, una manera d’enfrontar-nos al món amb ganes de canviar-lo, amb idees i amb motius. El revolució és un projecte que neix amb humiltat, però també amb valentia, amb energia i amb paciència, amb la intenció de ser l’altaveu de tots aquells qui ho vulguin i de tirar endavant informant, explicant, comentant tot allò que preocupa no només als Col·lectius de Joves Comunistes, sinó a la joventut del nostre país. Volem ser allò que llegiràs tu, el que llegiran els teus companys de classe, de feina, les teves veïnes i amigues, la gent del teu voltant. Volem ser al teu costat, explicar-te qui som i què ens preocupa, caminar amb tu, i amb ella, i amb ell, endavant, per a canviar tot allò que no ens agrada i per reafirmar-nos en allò que sabem que estem fent bé.

El Revolució vol ser una petita revolució a la xarxa i a la vida, si més no, a les vides de totes aquelles que hi escrivim amb ganes de dir allò que pensem perquè no tenim por, l’hem perduda, perquè ho tenim tot al davant, i tot està per fer, i tot és possible.

Carlota Freixenet i Albert Fajula

Chávez: un legado de dignidad para América Latina

“Chávez nuestro que estás en los pueblos”. El pueblo, en la calle, reza por Chávez. La espiritualidad se mete en el corazón de los pobres. Tienen mucha necesidad. También se mete en su corazón la gente que se la juega por ellos. Y eso era Chávez: un hombre que se la jugó por su pueblo. Por su pueblo y por los pueblos de la América. Es con Chávez que los pueblos de América se han vuelto a reconocer. La oposición le criticaba la “regaladora” de dinero a los países hermanos. “Diplomacia del petróleo”, la denostaban. Chávez sabía que no se salvaba un pueblo solo. Se tenía que salvar todo el continente. ¿No es eso lo que Europa le pide a Merkel? Pero Merkel no es Chávez. Hace falta gente honesta que reconozca que Chávez hizo lo que aquí estamos reclamando. Suramérica, hoy, llora pero crece. Europa sigue arrogante y se hunde. Venezuela, siempre ha visto en su historia cómo dios dormitaba en las lujosas estancias del norte. Siempre ha necesitado de santos para poder avanzar con esperanza. Santos de a pie y a caballo. Porque por la libertad se pelea. Hoy, Chávez ya está en ese panteón en el que hacía casi un siglo nadie entraba. Entendió a su pueblo. Se ha hecho uno con él. Salvó a su pueblo y su pueblo lo salvó a él cuando el golpe. Qué difícil le resulta a Europa entender una relación con un estadista que no esté guiada por el miedo o la sumisión. Chávez era un hombre común fuera de lo común. Zambo, feo, con una cualidad especial para desafinar horriblemente, más grueso que delgado. Mágico. Profundamente mágico. Como Venezuela. De nada sirve que corras bajo la lluvia cuando va a empezar un mitin si no está detrás la gente esperándote. Chávez tenía el don de que detrás siempre estaba la gente. Su pueblo. Si arriesgas y no te miran, el fracaso se multiplica. A Chávez siempre lo miraban. ¿Qué otro mandatario ha reunido al 100% de los dirigentes de América Latina? Sólo Chávez, para poner en marcha la CELAC. Mucha inteligencia, memoria prodigiosa, capacidad de convencimiento, el don de encender y también el de tranquilizar (fue él quien convenció a la izquierda venezolana que debía abandonar las armas y optar por la vía electoral). Chávez una noche en las afueras de Montevideo, recitando durante horas y de memoria poema tras poema mientras Daniel Viglietti rasgaba la guitarra y Pepe Mujica escuchaba con la sonrisa en la boca de viejo guerrillero devenido Presidente. Chávez sintetizando ideas sobre temas bien complejos que sus interlocutores se empeñaban en enturbiar con su lógica de confusos técnicos (un clásico de los consejos de Ministros). Chávez leyendo a Gramsci y comprendiendo la complejidad heterodoxa del comunista italiano y su apuesta por el mundo de las ideas.

Y Chávez metiéndose en la obra de Marx, teniendo bien presente aquello que decía el también venezolano Ludovico Silva (“Si los loros fueran marxistas serían marxistas dogmáticos”). Regresando a Marx y usando sus categorías bien lejos de los que las confunden con un catecismo. Porque en 2005, en vez de decirle a su pueblo que iban a construir el “chavismo”, les dijo que iban a construir el socialismo. Y con ese programa le sacó 11 puntos al candidato de la oposición, Capriles. Chávez llamando a los Presidentes latinoamericanos para evitar el golpe de Estado en Bolivia (e insistiendo, frente a la pusilanimidad de algún Gobierno, jurando que América Latina no iba nunca a volver a repetir la vergüenza de quedarse con los brazos cruzados ante los gorilas como ocurrió con el Chile de Salvador Allende). Chávez con una paciencia infinita elaborando los documentos de la UNASUR, cediendo lo que hiciera falta para que todos los Presidentes no tuvieran problemas para incorporarse. Algo que repetiría en la CELAC o con el ingreso de Venezuela a Mercosur o con el ALBA. Chávez en reunión con Clinton, y después de que el Presidente norteamericano le agradeciese la cesión del cielo venezolano a la fuerza aérea gringa con motivo del Plan Colombia, decirle al gendarme mundial: “Tranquilo Bill, que nosotros también os damos las gracias a ustedes por dejar a la fuerza aérea venezolana, en nombre del Plan Colombia, sobrevolar libremente el territorio norteamericano”. Clinton no leyó que Chávez era un defensor de la soberanía venezolana. Pasó a formar parte de los amigos de los terroristas. La fuerza de Chávez tenía también el problema de necesitar enfrente interlocutores fuertes. El barroquismo caribeño y el carisma desatado del Presidente eran una fórmula no apta para el consumo encorbatado de las cancillerías occidentales. Al tiempo, brindaba fáciles caricaturas a unos medios de comunicación mercenarios que no dudaban en sacar de contexto, en recortar un minuto de un discurso con la intención de construir una matriz de opinión contraria a Chávez (con gran éxito, incluso entre la izquierda europea). Estos medios mercenarios presentaban a Chávez cantando una ranchera con un sombrero mexicano, queriendo hacer del Presidente un payaso ocurrente, ignorando que esos gestos han sido los que han ido logrando hermanar a los pueblos latinoamericanos (¿es que sabe alguien en España cómo se llaman los Presidentes de los otros 26 países de la Unión Europea? En América Latina, ahora, los pueblos sí conocen quiénes son los otros presidentes). ¿Y qué decir del repetido “¡Exprópiese!”. ¿Acaso no representan los gobernantes europeos sus actos de gobierno? ¿Acaso no nos hemos enterado en España de recortes sociales a través de declaraciones a periódicos extranjeros?

En esa ocasión se estaba representando un proceso de expropiación que buscaba hacer ver a los sectores populares que también se exigía a los ricos su parte de esfuerzo en el proceso bolivariano. La prensa occidental lo entendió como el summun de la arbitrariedad (presentado así por los mismos medios que no cuestionan la relación directa entre la baja popularidad de los Presidentes norteamericanos y la acción bélica correspondiente en cada mandato). La palma de oro se la llevó el diario El país publicando una falsa foto de Chávez moribundo. Prensa de calidad. ¿Quiénes son los bananeros? Esa fuerza de Chávez ha sido la que ha impulsado TeleSur, el SUCRE (el comienzo de una moneda latinoamericana que no repita los errores del euro), el Banco del Sur, la Universidad del Sur, el ALBA, la UNASUR, el ingreso de Palestina en la UNESCO (iniciativa venezolana), que prepararía la incorporación palestina como país observador de la ONU… Pero no deja de ser cierto que la fuerza de Chávez no encontraba siempre enfrente actores políticos con la voluntad de contradecir al Presidente. La cultura política venezolana sigue siendo en una buena parte “adeca” (marcada por Acción Democrática, el partido del dos veces presidente y amigo de Felipe González, Carlos Andrés Pérez). Esa cultura siempre ha sido clientelar, jerárquica, aduladora, interesada y trepadora (dos palabras maravillosas para el léxico político vienen de esa cultura: pantallear -fanfarronear- y pescuecear -estirar el pescuezo para salir en la foto-). Si añadimos que la existencia de un Estado débil -que viene arrastrándose de la colonia, cuando Venezuela no era Virreinato sino Capitanía General- ha hecho que los militares tengan una capacidad de resolución que no siempre tienen los civiles- y que la oposición, lejos de hacer una oposición constructiva tuvo siempre un ánimo golpista, entendemos que los elementos críticos fueran debilitándose. Sin embargo, uno de los rasgos esenciales del proceso bolivariano, y donde se juega su futuro, esta en mantener la crítica. Lo que devoró la revolución francesa, la rusa, la cubana fue el ahogamiento de las voces disidentes. En Venezuela tomó otro rumbo. En 2009, el Centro Internacional Miranda organizó un encuentro en Caracas para valorar críticamente las luces y las sombras del proceso. La primera reacción parecía que iba a repetir el fantasma de las revoluciones devorando a sus hijos. El papel implacable de la oposición, de los medios, de la universidad, comprometidos únicamente con el regreso al pasado, había enrocado al gobierno.

Pero Chávez supo reaccionar, escuchar a su pueblo que le decía que no era verdad que siempre coincidiera lo que se hacía con lo que se decía. Y en su última comparecencia, en lo que se ha llamado el Cambio de Timón, Chávez resumió su programa: escuchar al pueblo, mucha crítica y autocrítica y transición al socialismo. Si hay un ámbito en el que Chávez luchó contra el destino, fue en cambiar la manera de pensar de los venezolanos y, desde ahí, de los latinoamericanos. Una vez producido el desarraigo de la conquista, donde el Estado siempre ha sido débil, la esfera pública también siempre ha mostrado la misma debilidad. Lo público no es el espacio de todos, sino el espacio de nadie. El comportamiento lo marca la relación con la naturaleza. Si la naturaleza te da algo, lo coges. Igual con el Estado. Una organización estatal, con leyes impersonales, funcionarios entregados a lo público, políticos virtuosos y redistribución de recursos, es menos creíble que los golpes de fortuna de las telenovelas. Chávez le dijo a su pueblo: vuestra suerte sois vosotros mismos. Y al tiempo que les daba un pez, les decía que tenían que aprender a pescar. Antes de entrar en el quirófano que no le regresó a la vida, Chávez dejó su testamento: no lloren: luchen por la revolución bolivariana. No se peleen entre ustedes como siempre ha hecho la izquierda: dejen que Nicolás Maduro les guíe en los siguientes pasos del proceso bolivariano. No se crea nadie más importante que el pueblo: manden obedeciendo. Y todo el mundo en Venezuela ha entendido que la soledad de los cien años del continente no puede regresar. El camino ha arrancado. Los venezolanos y las venezolanas, esos que siempre han vivido y viven en Venezuela, saben que ahora tienen patria. Ese es el legado de Chávez. Pura dignidad. Hace falta todo un pueblo consciente y organizado para continuar esa inmensa tarea. Ya se están secando las lágrimas y poniéndose en marcha.

Juan Carlos Monedero

Revolució: editorial (octubre de 2010)

El Revolució que teniu a les mans es deu –doblement, si es vol– al seu lloc d’origen, sosteniment i expansió: primerament, perquè la idea última del Sopar Revolució –més enllà d’aplegar en un ambient distès i festiu la militància i amics i amigues del projecte de la mateixa– és finançar la publicació de l’òrgan d’expressió; segonament, perquè es tracta d’una edició especial per aquesta trobada: el número zero d’una nova etapa, la millor manera d’alimentar un sopar massa mancat, en les darreres edicions, del seu plat principal.

Així doncs, una data indicada per un retorn indicat. Un retorn indicat no sols per qüestions organitzatives, sinó també pel context socioeconòmic on ens trobem immersos: una profunda crisi econòmica que la dreta ha generat i que, després, ha sabut vendre com un argument inapel·lable on recolzar l’allau de polítiques regressives i d’atac frontal al sempre incipient sistema de benestar social: una tendència internacional que el govern socialista ha seguit amb un seguit de reformes que atempten greument contra els interessos de la classe treballadora: una reforma laboral que estabilitza la precarietat amb la rebaixa de les indemnitzacions a percebre i un estudi de revisió del sistema de pensions que podria endarrerir l’edat de jubilació i endurir sensiblement el règim de cotitzacions per a la percepció ulterior de les pertinents pensions.

Contra tota aquesta onada de grans dimensions, sumant-hi, a més, les gens menyspreables campanyes de desprestigi orquestrades pels grans mitjans de comunicació, les centrals sindicals van aconseguir, el passat 29 de setembre, un èxit més que notable de seguiment en la seva convocatòria de vaga general motivada per tots els afers esmentats: per molt que els grans altaveus pensament hegemònic provessin de minimitzar-ho, l’aturada dels sectors econòmics estratègics del país fou quasi total, un fet que, enmig d’aquest context, és més que remarcable.

Ara, però, cal continuar aquesta tendència per evitar que la jornada del 29 de setembre acabi essent recordada com una singularitat atomitzada: cal continuar treballant i lluitant per encarar amb èxit una altra data propera de gran importància: els comicis autonòmics convocats pel proper 28 de novembre, data clau per evitar que la dreta nacionalista trenqui aquesta època de progrés social iniciada l’any 2003.

Convé vertebrar fermesa, lluita i organització. I és en aquest àmbit on cal que el Revolució, l’òrgan d’expressió dels CJC – Joventut Comunista, torni a prendre regularitat en la seva publicació i pugui consolidar-se com un espai de debat, formació i comunicació entre la militància i d’aquesta amb el seu entorn.

És el nostre propòsit i esperem estar a l’alçada de les circumstàncies.

Ara més que mai, Al carrer!

La crisi que patim actualment, provocada per l’especulació i l’afany de lucre de bancs i oligarques financeres, volen que la paguem els i les que vivim del nostre treball -asalariats, autònoms, petita empresa- que al cap i a la fi som els que generem riquesa en aquest país, i això no és admisible de cap manera.

revolucio201000La vaga general del 29 de setembre, igual que totes les vagues generals que s’han realitzat a l’Estat Espanyol va ser un èxit. Malgrat els seus resultats no han estat inmediats, igual que amb moltes de les passades vagues, els resultats arribaran. Però perquè això succeeixi hem de fer feina, hem d’aconseguir més afiliacions als sindicats per tenir més força, ens cal més unitat sindical i sobretot més mobilització de les bases socials que composen la nostra classe, la treballadora.

Igualment cal impulsar alternatives concretes i fer propostes, nosaltres critiquem i diem que el que s’està fent no ens agrada però ho diem sabent el que volem. Volem que s’apliqui una política fiscal progresiva, que es lluiti contra el frau fiscal, que es redueixi la despesa militar, una inversió publica raonada i amb vistes a canviar el sistema productiu del país, etc.

Però per aconseguir tot això ens calen sobertot dues coses, més força als centres de poder, és a dir, més diputats d’EUiA-ICV al parlament, i sobretot tenir més força al carrer, hem de repolititzar l’activitat dels i les treballadores, el sindicat ha de pendre partit en els conflictes socials i defensar als i les treballadores no només en el centre de treball si no també fora d’ell, hem de portar les associacions de veins i de barri cap a l’esquerra i apropar-les als sindicats i a les organitzacions de masses perquè així es dotin de discurs, hem de crear assemblees d’aturats perquè s’organitzin als barris… En definitiva hem de repolitizar la societat i fer-la pendre consciència, aquesta consciència que els comunistes coneixem bé, la consciència de classe.

Celestino Sánchez
Membre de l’Excutiu del PCC