Miedo a la revolución

En una revolución se triunfa o se muere, si esta es verdadera decía el Che Guevara en su carta de despedida a Fidel el 3 de Octubre de 1965 en la Habana.

lluitesfrontdesquerresSomos muchas las personas del espectro de la izquierda que acostumbramos a usar citas, canciones o frases para callar alguna boca o simplemente para que alguien le de a “Me gusta” una red social. ¿Pero que estamos dispuestos a hacer por la revolución?¿Que sacrificios se plantea hacer la izquierda organizada para conseguir este todo que es cambiar el mundo? Están las organizaciones de la izquierda preparadas para morir, por la revolución? En mi opinión, no.

Cuando se trata de ir a hacer aquello que Lenin decía de “marchar separados para luego golpear juntos”, resulta que sobre el papel está claro. Pero es curioso como de repente aparece entre todo el espectro de la izquierda nuestras contradicciones más grandes. Es asombroso, como entre dos personas que podrían ponerse de acuerdo en un porcentaje altísimo de cosas, pueden ver sólo las que les separan.

En los últimos años aparecen espacios de contrapoder popular (15M, DRY, Procés Constituent etc…) incluso partidos que enseñan nuevas formas de democracia como pudiera ser la CUP. Ante estos procesos, los partidos de la izquierda llegamos con muy buenas intenciones, pero nunca de ver como sumando todas las sensibilidades podemos hacer esa revolución con la que nos llenamos la boca. Ahí es donde se empieza a buscar cual es la posible divergencia, para seguir intentando que las cosas cambien, pero lo justo para seguir controlando la parcelita.


Yo, que soy hijo de un Castellano y una Andaluza, no soy sospechoso de ser independentista o nacionalista pequeño burgués entre otras cosas porque las banderas y las señas de identidad me la traen floja. Soy clase obrera, hijo de trabajadores y nieto de campesinos. Y eso es lo que me une con toda esa gente que tiene mi misma condición. El caso es saber que tenemos en común, cuál es el yugo que nos oprime y quienes son los que nos roban.


Aquí es donde no creo que los partidos de la izquierda estemos gestionando bien esta situación. Por el miedo de confluir. Miedo de perder nuestros pequeños privilegios, que con mucho esfuerzo hemos ido consiguiendo. Estamos intentando ser el tuerto en el país de los ciegos, en lugar de sacarle los ojos a quienes nos hacen ser ciegos.


Es curioso, como veo gente que se llena la boca citando a Lenin o a Fidel Castro, pero cuando alguien les disputa su espacio, se van a buscar las divergencias para controlar su corral. De repente aparecen una monja y un cristiano rodeados de muchas personas militantes de la izquierda social y nos rasgamos las vestiduras por sus tendencias nacionalistas pequeño burguesas o simplemente por el hecho de ser cristianos, en lugar de escuchar los mensajes que están enviando. A mi también me da un poco de grima que tengan que ser personas cercanas a la iglesia quienes estén planteando cosas que me gustaría que plantease mi partido. Pero no pienso quedarme en la puerta. Quiero pasar y ver lo que hay dentro, y no buscar si sus siglas o sus banderas me incomodan, porque entiendo que también haya gente que no se sienta identificado con las mías.


Yo tengo claro que quiero vivir en un mundo mejor, con menos desigualdades. Y para ello ahora mismo, solo me queda ir a buscar a las personas que al igual que yo, quieren una sociedad mas justa. Luego ya nos pelearemos por el nombre, las banderas o los matices. El caso es estar dispuesto a perder identidad propia, para ganar identidad colectiva. Pero eso, nos da miedo. Puesto que puedo perder mi pequeña parcelita.


Carlos del Barrio
@CdelBarrio

Artigle original:El asombroso mundo de la basura